martes, 23 de febrero de 2010

EL DIÁLOGO INTERTEXTUAL CON LA BIOGRAFÍA Y OBRA DE JOSÉ EUSTASIO RIVERA Y LOS PLANTEAMIENTOS DE RELACIONES HIPERTEXTUALES PRESENTES EN LA OTRA SELVA

Por: Yuli Romero y Angélica Estrada


La otra selva es un texto novelístico que se destaca por el diálogo intertextual con La vorágine y la biografía de su autor José Eustasio Rivera. De igual forma, la novela de Boris Salazar establece relaciones de hipertextualidad que no solo están dadas entre obras literarias sino también con los textos biográficos que se han escrito sobre el poeta colombiano y con el género policíaco.

Desde esta perspectiva podemos asegurar que La otra selva se asume como palimpsesto, en tanto que es “un manuscrito literario que conserva huellas de otra escritura anterior” ; de ahí que el lector debe apelar a sus conocimientos enciclopédicos y literarios para encontrar sentidos e interpretar el entramado textual de la novela de Boris Salazar quien reaviva la imagen del escritor Rivera y valoriza una vez más la producción novelística del autor colombiano.

Para entender cómo funcionan dichos procedimientos en La otra selva, se hace necesario acudir a la teoría expuesta por Gerard Genette en su libro Palimpsestos. La literatura en segundo grado en el que se considera la intertextualidad y la hipertextualidad como tipos de trascendencia textual, esto es, “todo lo que pone el texto en relación, manifiesta o secreta con otros textos” . Al tener en cuenta esta consideración, nuestro objetivo en este capítulo es el estudio de estos dos aspectos transtextuales que ayudan a configurar la novela de Salazar como palimpsesto.

Cabe señalar que se ha decidido organizar el siguiente capítulo así: en primer lugar, se analiza el diálogo intertextual que entabla la novela con la biografía de José Eustasio Rivera, lo que nos llevó a indagar en textos biográficos, como es el caso de Horizonte humano, de Eduardo Neale Silva. Seguidamente se estudia la relación intertextual con La vorágine. En un segundo momento se busca dar cuenta de los planteamientos de las relaciones hipertextuales.


6.7.1 Intertextualidad con la biografía de José Eustasio Rivera: Teniendo en cuenta que la intertextualidad no sólo se da entre novelas, sino que se extiende y se amplía al retomar sucesos reales de la biografía del poeta, que tienen una vital importancia para el desarrollo de la trama de la que se compone la obra literaria en cuestión, es relevante estudiar algunos de los elementos que darán sentido a este análisis. Cabe anotar que para explorar las relaciones que se dan entre La otra selva y la biografía del poeta colombiano fue preciso abordar las lecturas de algunos textos biográficos, como es el caso de Horizonte humano, de Eduardo Neale Silva, quien profundiza en el ciclo vital de José Eustasio Rivera.

Teniendo como referente la investigación de Neale Silva se detectó que uno de los primeros elementos intertextuales que plantea la novela de Salazar con la biografía del poeta se da al retomar el viaje que realizó José Eustasio Rivera a Nueva York en 1928, pues la obra se desarrolla desde este contexto. Así mismo La otra selva alude a las motivaciones que llevaron al escritor a realizar su travesía por la urbe norteamericana, porque más que una aventura, se trataba de una prioridad para él, el poder estar allí y ejecutar sus planes. En primera medida la traducción de La vorágine al inglés, luego su sueño de llevarla al cine y como último ejercicio escribir su segunda novela relacionada con la denuncia de los actos corruptos ejercidos en torno a las negociaciones petroleras en Colombia.

Es importante resaltar que también en La otra selva se hace referencia a la segunda obra literaria que se proponía escribir José Eustasio, con relación a ciertos escándalos de reconocidos políticos del país, y la corrupción que rodeaban sus imágenes. En el texto novelístico de Salazar es significativa la presencia de esa segunda obra de Rivera titulada La mancha negra, porque desde ella, se abordan problemáticas como la corrupción, el abuso de poder, las negociaciones ilícitas con la venta del petróleo de Colombia, la crítica y denuncia sociopolítica. En este sentido se puede decir que a través de La otra selva se continúa con la tarea emprendida por Rivera, quien era consciente de las injusticias que se cometen con el pueblo colombiano.

Sumado a lo dicho, acerca de las relaciones entre la biografía de Rivera y La otra selva, tenemos que comentar cómo además de su viaje a Nueva York y sus motivos, algunos personajes que conoció juegan a la vez un papel importante a la hora de analizar las relaciones de intertextualidad . Entre ellos tenemos a Miss Weingest, quien fue la traductora de Rivera y que en la ficción establece una relación afectiva con el poeta colombiano. También en otros apartados de la misma obra, se logra detectar las primeras relaciones que entablan Rivera y Claire, derivadas de la necesidad del poeta Rivera por aprender inglés para traducir su primera novela (La vorágine) y por sus continuos diálogos en torno a esa obra.

Siguiendo con la misma temática de personajes que traspasan el plano de la realidad para involucrarse en el de la ficción, tenemos a dos más que tienen que ver con las negociaciones no muy transparentes que hacen con el petróleo colombiano, y que de alguna manera cumplen la misma función dentro de la historia de La otra selva, así se cambie una o dos letras de sus nombres originales.

Uno de ellos es el ex ministro colombiano Carlos Adolfo Urueta, quien se vio involucrado en serias acusaciones que le hizo Rivera cuando era el presidente de La Comisión Investigadora de 1925, encargada de esclarecer las verdaderas circunstancias en las que se hicieron las negociaciones petroleras colombianas, con la compañía Andian National Corporation y con su representante el capitán James W. Flanagan. Estos dos personajes son retomados para hacerlos actuar en La otra selva reflejando esa misma imagen corrupta en los cargos políticos asignados.

Neale Silva señala que “a Rivera le gustaba servirse de nombres y apellidos auténticos, combinándolos en tal forma que conserven cierta semejanza con el de sus conocidos” . En La otra selva se sigue dicha estrategia cuando se presentan los nombres de Arrieta y Flanegan como una táctica para referirse a dos enemigos del poeta (Urieta y Flanagan) a quienes conoció durante su puesto político en Colombia y denunció por las negociaciones ilícitas que estaban ejecutando en la nación. En efecto, Rivera es presentado en la novela de Salazar no solo cómo escritor, sino en su calidad de abogado y político al servicio del Estado colombiano. A través de sus funciones como diplomático tuvo la oportunidad de recorrer diversas zonas de la geografía en Colombia que lo llevaron a la misión de investigar la verdadera situación de los trabajadores de las compañías petroleras y caucheras en las regiones del magdalena y en las fronteras con el Perú y Venezuela. La experiencia errante del poeta huilense también tuvo como escenario Nueva York donde conoció de forma directa y a fondo la corrupción de Arrieta y su amigo extranjero.

En Horizonte humano se describe la llegada del escritor huilense a la ciudad de Nueva york, así como necesidad que tuvo por aprender inglés. Estos eventos reales son recreados en el segundo capítulo de La otra selva. Aquí se presenta el arribo de Rivera a un hotel de la urbe norteamericana y tras un breve descanso en su habitación, sale a deambular por las calles de la ciudad y por primera vez se enfrenta con una selva de edificios, con el frenesí y la abrumante vida neoyorkina. Rivera era consiente que para lograr sobrevivir en esa jungla de concreto era indispensable aprender inglés. Por eso el escritor colombiano colocó un anuncio en el periódico ofreciendo hacer un intercambio de clases de castellano por clases de inglés. Es así como entra en escena Claire Weingest, que según Neale Silva, hizo parte de la existencia del poeta: “Mis weigest era lánguida en el manejo de la gramática castellana, José Eustasio Rivera comenzó a enseñársela, mientras él a su turno progresaba en el inglés con el deseo de traducir su propia novela con sus modismos respectivo” .

Con lo anterior se puede afirmar que la obra novelística de Salazar se nutre de personajes y episodios específicos de la biografía de Rivera, Como es el caso de la relación que sostuvo con la traductora y que juega un papel significativo dentro de la trama de La otra selva porque ella es la que conoce las verdaderas motivaciones del poeta huilense para traducir La vorágine, como una estrategia para denunciar y develar en el extranjero la realidad social y política del pueblo esclavizado en las selvas colombianas. Es a través de sus continuos encuentros y diálogos en torno a la historia de Alicia, Cova y los caucheros que Claire y José Eustasio terminan involucrados no solo en una relación amorosa, sino en los planes criminales de clase política residente en Nueva York.

Dentro de la temática de la intertextualidad con la biografía de José Eustasio Rivera, no hay que dejar de lado ni olvidar, el día en que Benjamín Méndez Rey emprende el primer viaje de Nueva York a Bogotá, el cual se convierte en un hecho histórico para la nación colombiana. Este viaje juega un papel importante porque es en donde Rivera envía la última edición de La vorágine y según en La otra selva, en su cubierta también envía a Colombia su obra La mancha negra, de la cual nunca se tuvo noticias. En La otra selva también se menciona el episodio cuando Claire Weingest lee en un periódico donde se referencia el hecho. Finalmente y de igual importancia es el acontecimiento de la repentina y misteriosa muerte del poeta, de la que nunca se tienen muy en claro las circunstancias o motivos de su deceso.

Desde una perspectiva biográfica Neale Silva describe la reunión que se llevó acabo en el hotel Astor de Nueva York donde transcurrió la despedida del aviador colombiano. Días después el poeta se sintió indispuesto y muere en un hospital de Nueva York. En La otra selva el extraño fallecimiento de Rivera es recreado y presentado al final de la novela. Es importante anotar que el encargado de reconstruir los últimos momento de vida el escritor colombiano es el narrador espía quien se opone a las versiones oficiales sobre su deceso, de ahí que él sostenga que Rivera fue envenenado por sus enemigos políticos, “que no querían perdonarle La Vorágine” .

Es importante mencionar que durante la reconstrucción de la historia del crimen de Rivera que se presenta en la novela negra del detective anónimo, se alude a varios episodios de la biografía del escritor huilense; como por ejemplo su encuentro con su viejo amigo Franco Zapata, con quien sostuvo una larga conversación sobre una quinta edición de La vorágine en el exterior, así como la posibilidad de filmar la película sobre la historia de la esclavitud cauchera en las selva colombiana.

Para concluir se puede decir que La otra selva no es un simple acopio de datos biográficos, sino es una construcción novelística que retoma, recrea, reconstruye y establece un diálogo intertextual con la biografía de José Eustasio Rivera para crear un mundo ficticio y una nueva valoración de la existencia de este hito de la literatura colombiana. Así mismo, la novela de Salazar se nutre y configura personajes con identidades reales haciendo que actúen dentro de la ficción, entre los que se destacan Claire Weingest, Arrieta, Flanegan, Franco Zapata y Benjamín Méndez. Desde una perspectiva novelística, Boris Salazar explora en la trayectoria vital de Rivera, siendo de esta forma cómo los lectores pueden conocer, desentrañar y descubrir algunos de sus sueños, aspiraciones, fracasos y las dificultades que tuvo que enfrentar en esa otra selva de acero, que finalmente lo devoró.




6.7.2 Intertextualidad con La vorágine: Ciñéndose a lo que alguna vez escribiera Genette en su obra Palimpsestos referente a la intertextualidad, la define “como una relación de copresencia entre dos o más textos, es decir, eidéticamente y frecuentemente, como la presencia efectiva de un texto en otro” .

Referente a esto se tiene así tres formas de manifestación de dicha intertextualidad, la alusión, el plagio y la cita. Con referencia a nuestra novela objeto de estudio, observamos que se manifiestan en forma de alusión y de cita, relacionándose en un vínculo estrecho con La vorágine de la manera que a continuación se expone.


6.7.2.1 Intertextualidad en forma de alusión: Genette señala un modo de intertextualidad que se da en una obra “en forma todavía menos explícita y menos literal, la alusión, es decir un enunciado cuya plena comprensión supone la percepción de su relación con otro enunciado al que remite necesariamente tal o cual de sus inflexiones, no perceptible de otro modo” . Así podemos enunciar algunas presencias de La vorágine en La otra selva en forma de alusión.

Una de estas manifestaciones se encuentra en el título de La otra selva, el cual genera múltiples sentidos. Uno de ellos es que éste alude a las vivencias que Rivera encuentra en Nueva York, en aquella selva de concreto, que recién llegado se enfrenta a un mundo totalmente diferente a la vida que él está acostumbrado a llevar en Colombia.

Otra de las probables lecturas del título, es la ofrecida como una posibilidad que tiene el hombre de perderse en ese mundo de la escritura literaria y la imaginación. Todos aquellos caminos en los que es fácil entrar, recorrer, perderse y que originaron gran cantidad de problemas, con relación a los límites que rodean la ficción y la realidad; en personajes como Rivera, que pretende terminar su segunda obra, el espía que suplanta el discurso de Rivera con sus informes, Claire Weingest que quiere que sus recuerdos perduren a través de su escritura y finalmente de Alicia que desea reivindicarse como mujer y como ser humano a través de la bitácora que lleva con los detalles de su viaje.

Una lectura alternativa que nos puede ofrecer el título de la novela objeto de estudio, es aquella que se refiere a la posible continuación de la obra riveriana de La mancha negra o La mancha de aceite, como algunos se atreven a señalar. Aquí se propone como pretexto la narración de los hechos últimos de Rivera en Nueva York, para así darle forma a aquella obra que narra y denuncia los actos punibles y corruptos que llevaron a ciertos políticos a vender los intereses de su patria por algunos pesos o favores que recibieron. Y que de alguna manera, como ocurriera con La vorágine en su época, despertara la gran conmoción que alertó a todo un pueblo sobre los desmanes que se cometían con los caucheros en las selvas colombianas y sus fronteras, y de esta manera abriera una brecha al escarnio público y pusiera en evidencia la verdadera clase de líderes políticos y hombres de poder, que componían y lideraban a su amada Colombia.


La alusión está explícita en La otra selva cuando Rivera reflexiona acerca del último encuentro con Claire Weingest y los temores que lo asaltaban al verse involucrado en una relación afectiva que no quería, pues tenía miedo de repetir la historia de Arturo y Alicia y terminar perdidos en las selvas, al tratar de buscar la felicidad, huyendo de todo lo que les rodeaba y atado a sus pasados. En este apartado el narrador-espía se refiere al temor de Rivera de seguir el mismo camino que emprendió alguna vez Arturo con Alicia: “Temía que él y ella repitieran la historia que había llevado a Arturo y Alicia hacia su desconocido final en algún paraje de la selva amazónica” .

La otra selva se refiere a episodios de La vorágine cuando el poeta huilense y Claire Weingest se encuentran para traducir al inglés la historia ficticia de los caucheros, Arturo Cova y Alicia. Es a través de sus continuas conversaciones sobre La vorágine que Rivera y la traductora terminan descubriendo y comparando su relación y existencia con las desventuras de Cova y su Mujer. Así se evidencia en uno de los diálogos del escritor con Claire, quien le confiesa su temor de que él no volviera porque la traducción de la novela nunca funcionó. En ese instante Rivera la interrumpe para decirle que los encuentros sirvieron para conocerse mejor, tanto que:

Ahora usted ya sabe por qué a un hombre la violencia le puede ganar el corazón y yo sé…
_…cómo una mujer puede perder siempre el corazón…
_ Sí aun la más distante, la más pura…
_…aun Alicia, a pesar de lo que diga Arturo, a quien no siempre le creo.
_ Debo comprenderlo, el pobre Arturo sufrió casi tanto como yo.
_ Dígame algo ¿Su corazón todavía está en juego? ¿O se lo llevó la violencia?

Este diálogo de Rivera con la traductora nos traslada inmediatamente al inicio de La vorágine en el que aparece Arturo Cova, quien va revelando sus pensamientos y se confiesa un hombre poseído por la violencia: “Antes que me hubiera apasionado por mujer alguna jugué mí corazón al azar y me lo ganó la violencia”. Las palabras de Arturo dejan ver cómo se lanzó impulsivamente a una relación sentimental con Alicia en esa cárcel verde de la selva y él medita sobre las consecuencias que trajo consigo ese arrebato de huir con su compañera para iniciar un largo peregrinaje por la jungla colombiana. Arturo es consciente de ese error que finalmente lo transformó en un ser devorado por los celos, la locura, la rabia, la desesperación y con un espíritu dominador, impulsivo y voluntarioso.

Es esa situación y ese error es el que no desea vivir José Eustasio Rivera con la traductora. Por este motivo Rivera decide alejarse de Claire quien está dispuesta a abandonar todo para estar junto a él, como lo hizo Alicia cuando escapó con Cova esperanzada en su amor y para impedir el matrimonio patrocinado por su familia. Rivera no quiere repetir la misma historia y el destino que trazó para sus creaciones y no acepta la idea de entregarse al amor de una mujer porque esto significa convertirse en un Arturo Cova, poseído por la locura y la violencia. En resumen, el poeta no quiere entrar en esa vorágine o remolino de pasiones y cuyo centro es la violencia y la muerte.

Así mismo la alusión también se explicita en el tema de la mujer y el ideal que persigue todo hombre, de encontrar a la correcta, a la perfecta, que le llegue a corresponder en cuerpo y alma. En La otra selva se demuestra esto cuando el espía, recién se está enterando en lo que se ha venido a meter, cuando aceptó el trato de Lesmes, y lee un informe que le ha escrito un profesor universitario sobre Rivera: “Como todos –pensé en aquel momento- él también ha deseado la mujer ideal – perfecta en cuerpo y alma, dispuesta al sacrificio, indetenible en su afán de encontrar el amor -” . Esta cita de La otra selva nos traslada a uno de los parlamentos de Arturo Cova en el que indica: “Más que el enamorado, fui siempre el dominador cuyos labios no conocieron suplicas. Con todo ambicionaba el don divino del amor ideal, que me encendiera espiritualmente” . Arturo ansiaba un amor sublime y lo buscó a su manera. La huida hacía las vastas llanuras y selvas de Colombia en compañía de Alicia, la mujer que sedujo con sus versos, fue la forma como Cova trató de disfrutar el amor. No obstante, tras su primera noche en los llanos, Arturo Cova se da cuenta de que la presencia de Alicia empezaba a irritarlo y que torpemente había atribuido a su compañera aquello que siempre estuvo buscando; “el ideal de mujer”.


Uno de los personajes que también ha sido parte de la alusión es Alicia, quien en múltiples oportunidades es mencionada bajo la pluma de la escritura de Rivera, pero vemos que aquí va tomando otra perspectiva, porque es vista desde otra óptica, desde aquella que no se narra en La vorágine, porque ella está fuera del relato gran parte de la novela; y aquí en La otra selva, expone todas sus dudas como mujer y ser humano que se encuentra en una situación totalmente indefensa y enfrentada a ese mundo selvático que la consume y que la hace sentir extraña.

De igual manera, la relación intertextual a modo de alusión está presente en la posición usurpadora que asume el espía con la obra de Rivera, dentro de la narración de La otra selva, en la que por decisión propia reescribe y reinventa pasajes de La vorágine y La mancha negra que salieron de su propia imaginación y que luego presentó a sus patrones como los originales de la obra del poeta colombiano. En esos manuscritos falsos aparecen Alicia y Arrieta quienes han sido moldeados según las motivaciones e intereses del espía que alude y evoca de forma reiterada a la creación femenina de Rivera; Alicia.

Otra forma de alusión es la que realiza Boris Salazar al tomar personajes de la obra de Rivera La vorágine, para plasmarlos en La otra selva. Uno de ellos es Lesmes que aparece como uno de los interesados en que la obra de Rivera, La mancha negra, desaparezca y deje de estorbarle a sus planes; hasta el punto de que él mismo se le presenta en una reunión a Rivera, episodio que luego comentaría a su amigo el espía:

-lo único que no me gustó fue que ese tipo de apellido Lesmes vino a dar hasta aquí después del recital, haciéndose pasar por un gran admirador de mi obra…
-Quién sabe qué deseaba. No es tipo de fiar ese Lesmes.
-Lo sé, lo sé, y lo peor es que tiene el mismo apellido de uno de los personajes más despreciables de mi novela (y te cuento que en ella no hay escasez de ellos) .


La alusión claramente se presenta en múltiples facetas de La otra selva, que va desde su título hasta ciertos apartados, que aunque fugaces trasladan al lector inmediatamente a La vorágine, como una forma de ponerlo en estado de alerta para que capte entre líneas sus múltiples sentidos.



6.7.2.2 Intertextualidad en forma de cita: Según Genette dentro de las manifestaciones de la intertextualidad “su forma más explícita y literal es la práctica tradicional de la cita” , que en nuestro caso vendría a presentarse directa e indirectamente. Dentro de nuestros análisis se concreta que los hallazgos encontrados en cuanto a las citas se explican de forma indirecta, sobre todo con lo relacionado a los capítulos donde interviene la voz narrativa de Alicia, quien retoma y recuerda los parlamentos de Arturo Cova. Asimismo en La otra selva se presentan episodios que nos trasladan a La vorágine. Las escenas se desarrollan en el Barracón de Manuel Cardozo donde Arturo, franco y Helí tratan de impedir que los apestados se acerquen a ellos y sobre todo a Alicia y su hijo recién nacido. Es por eso que los acompañantes de Cova disparan contra esos seres enfermos, para evitar un posible contagio de peste.

En La otra selva Alicia narra ese episodio y recuerda su sufrimiento por la cercanía cada vez mayor de los apestados, en el refugio donde se encuentran esperando la llegada de Clemente Silva, quien los llevará a la civilización, aquí Arturo se dirige a los apestados y les dice:

“Yo no soy su redentor, soy un pobre hombre que trata de encontrar un camino para salvar a su hijo recién nacido. Esperen la llegada del vapor “Inca”. En él podrán llegar a un lugar en el que haya alivio para sus males. No puedo hacer nada por ustedes, no puedo” .


En La vorágine se referencia algo similar al vapor “Inca”, cuando Arturo sostiene un diálogo con Franco y Helí, en el cual manifiesta su posición indiferente frente a la situación miserable de los apestados quienes aún confían en Arturo, para que los saque de la selva que los consume vivos:


Es imposible convencer a estos importunos, que me apellidan su “redentor”. Hablé con ellos, exponiéndome al contagio, y están resistidos a regresar. Ya les repetí que no tengo víveres. Si me acosan, nos obligarán a tomar el monte. ¿Por qué no se van al caney de Yaguanarí en espera del vapor “Inca”? De hoy a mañana arribará .

En la otra selva, como el La vorágine, Arturo Cova es “el redentor” de los apestados y del pueblo indígena martirizado por aquellos que ejercen el poder en la selva colombiana que es su cárcel. Es por eso que los apestados y los indígenas acuden a Arturo para que los libere de las cadenas de la esclavitud inconmensurable vivenciada en las cacherías de El encanto y La chorrera. No obstante, Cova no escucha sus lamentos, suplicas y gritos del pueblo explotado y enfermo en su propia patria, de ahí que los condene a morir y padecer en esa naturaleza hostil y sin esperanzas de redención.

Aunque Arturo es para los apestados su héroe nacional, su libertador que puede terminar con sus padecimientos y sufrimientos, deben enfrentar el rechazo de su salvador que sigue reflejando una posición indiferente y firme frente al cruel destino de esos hombres consumidos por la peste y que aun recorren los rumbos de Cova para escapar de la esclavitud y el dolor.

Cova sueña en ocasiones con una redención social para el pueblo esclavizado en la selva; sin embargo no logra concretar sus proyecciones. Esa sensación de fracaso se percibe cuando Alicia narra la escena donde Arturo se encuentra con la colonia de los apestados y les habla de lo imposible de hallar una emancipación y la cura para sus males. Alicia recuerda las palabras de su compañero: “en otras circunstancias me sacrificaría para aliviar a mis coterráneos. ¡Hoy no! ¡Peligraría la salud de Alicia! ¡Pueden contagiar a mí hijo” .


La intertextualidad en forma de cita apenas se insinúa tímidamente en La otra selva, y aunque son fugaces sus presencias, éstas reiteran tajantemente los alcances de los estrechos vínculos de proponer un contexto desde el cual puede ser vista la novela en cuestión.

Finalmente hay que especificar que la transtextualidad de La otra selva con La vorágine y la biografía de José Eustasio Rivera, es un hecho que se connota muy específicamente y se trasluce durante toda la narración de la obra. Esta clara referencia transtextual genera múltiples sentidos y diferentes lecturas que hacen de La otra selva una obra que respira y mediatiza otro punto de vista desde, el cual puede ser visto y leído José Eustasio Rivera y su obra.


Es así como se encuentran referenciados varios hechos de la biografía del poeta, que utilizados como estrategias o artefactos creativos del autor, finalmente vienen a sumarse a una parte de la trama narrativa, convirtiéndola en una novela que maneja entre otras las relaciones de intertextualidad en diferentes maneras y niveles de profundidad.


6.7.3 Los planteamientos de relaciones hipertextuales: Frente a la lectura de La otra selva se debe resaltar la hipertextualidad que según Genette puede darse como transformación o imitación. La relación hipertextual por transformación es aplicable a un texto u obra literaria particular. Dicha transformación se presenta como parodia, travestimiento y transposición. Mientras que la imitación solo se establece con géneros literarios específicos. En la relación de hipertextualidad por imitación están incluidos el pastiche, la imitación satírica (la charge) y la imitación seria (la forgerie). Cada una de estas categorías planteadas por Genette pertenece a un régimen que es el lúdico, satírico y serio.

En el caso de La otra selva que es una obra metaficcional policíaca “de acusada hipertextualidad” , manifestada como transformación de ciertas características narrativas de La vorágine y de los textos biográficos relacionados con el poeta Rivera. Así mismo, la novela asume otra relación hipertextual al retomar e imitar los componentes, tanto en el plano temático y narrativo del género policíaco. A continuación se analizan estas dos formas de hipertextualidad en la novela de Salazar.



6.7.3.1 La relación hipertextual con La vorágine: La otra selva puede ser leída como un hipertexto que se deriva de La Vorágine (el hipotexto). En ella se realiza una reflexión sobre la realidad social vivida por los caucheros en la selva amazónica, donde sufrieron la esclavitud y la explotación a manos de aquellos que ostentan el poder. La vorágine como texto novelístico inscrito en el realismo social hace una crítica y denuncia contra los dirigentes que provocan desigualdades e injusticias.

Desde esta mirada el texto narrativo del escritor del Tolima, pretende continuar el legado literario iniciado por José Eustasio Rivera y reescribir o seguir la inconclusa historia de Alicia, Arturo Cova y los caucheros aun atrapados en la inmensidad de la manigua y con la ilusión de regresar a la civilización con sus ideales cumplidos.

Frente a esta continuación de La vorágine, que presenta La Otra selva en los capítulos 16 y 23, se observan ciertas transformaciones como es el hecho de contar con Alicia quien asume la voz narrativa y emprende una aventura por la selva de la escritura. A modo de diario íntimo Alicia condensa sus últimas experiencias de vida como el nacimiento de su hijo quien es la esperanza de Arturo para seguir con sus propósitos. Así lo asegura Alicia cuando dice:


…Por eso, nuestro hijo es ahora el otro símbolo de su triunfo y de la continuación de su empresa vengadora; nuestro hijo es el producto del triunfo de su sangre sobre las pretensiones del déspota, del enemigo, del más despreciable de los hombres .


La presencia de Alicia en La otra selva connota un deseo de reivindicarla como heroína quien a pesar de la dura existencia que le ha tocado sobrellevar en compañía de Arturo, Helí, Fidel y los apestados, este personaje es ahora una mujer que aprendió a sortear la adversidad y para ello cuenta con su hijo quien le da la fuerza para seguir viva:

..No los necesito: tengo a mi hijo y tengo la fuerza que me dieron estos siete meses sin Arturo. Ahora sé cómo sobrevivir en esta selva, ahora sé cómo enfrentar a los hombres, ahora estoy casi a la par con Arturo. Alicia es ahora una mujer: la niña, la que él trajera a estos parajes envuelta en poemas y en promesas de una vida tranquila y bucólica murió hace mucho tiempo .


En su ejercicio escritural, Alicia se refiere al deplorable estado físico y emocional en que se encuentra, no solo ella sino también Arturo Cova quien ya no la desea como mujer porque su cuerpo lo ha marcado la maternidad, y ha sido “golpeado por los sufrimientos, por los posibles amantes que pudiera haber tenido, por un hombre que, a pesar de haber sido devorado por los caribes, sigue allí como una marca imposible de borrar” . La alusión de Alicia es bastante clara y se refiere a como Arturo no ha podido olvidar el supuesto engaño de ella con su rival y enemigo Barrera.

Así mismo, este personaje femenino rescata desde su narración, el valor y la disposición de su compañero para continuar su lucha justiciera en ese espacio selvático donde impera la violencia y la explotación a los indios en las caucherías, de ahí que Cova sea considerado el símbolo de la esperanza, la victoria y unas especie de héroe nacional para todos aquellos que poco a poco son devorados por la selva. Alicia reafirma esa luz de salvación que depositan en Arturo, no solo ella, sino también sus demás acompañantes.

Otro rasgo configurador del relato de Alicia es su mirada compasiva hacia los apestados que siguen las huellas y solicitan la ayuda de Arturo Cova, quien con el temor de ser infectado por la peste se acerca a hablar con ellos, después de que Helí y Fidel les dispararan para que no llegaran a su refugio. En ese encuentro que pudo ver y escuchar Alicia, los apestados rogaban a su redentor que “no los abandone” “no nos deje en manos de los extranjeros”. Sin embargo y como lo inscribe Alicia en su diario, a Arturo no le importaron los lamentos y las súplicas de los apestados. Alicia recuerda las palabras de su compañero: “yo no soy su redentor, soy un pobre hombre que trata de encontrar un camino para salvar a su hijo recién nacido”. Una vez más, las palabras de Cova demuestran su posición firme e indiferente frente a la situación de los apestados a quienes abandona y desea hacerles entender que el no puede ser el alivio para sus males en ese mundo de desolación y muerte.

Frente al cruel final que le espera a los apestados, Alicia, presiente que Arturo y ella correrán la misma suerte de esos seres que ya no son tratados como humanos sino como molestos cadáveres que gimen y que se mueven. La premonición de Alicia se evidencia en una de sus reflexiones: “me duele su suerte, si, pero no la creo extraña a nuestro destino, por eso no lloro por ellos: sería como llorar por nosotros mismos, aceptar la compasión que es la antesala de la derrota” .

Sirviéndose de la escritura de su diario, Alicia hace saber que ella y sus compañeros de infortunio seguirán atrapados en ese mundo voraginoso en el que buscan y esperan a Clemente Silva, quien después de exponer ante Cova sus padecimientos en las caucherías de El Encanto y La Chorrera, lugares en donde estuvo para encontrar a su hijo desaparecido, es enviado por Arturo a la civilización para llevar un mensaje al cónsul de Colombia en Manaos relacionado con las matanzas y la esclavitud que sufren los indígenas en las caucherías. Es evidente que Alicia cargando con su hijo prematuro sigue aún esperando la llegada de Silva para que los guíe hacia un mundo menos hostil para su hijo y así finalizar su travesía selvática.

Con lo mencionado, se puede decir que en La vorágine como en La otra selva hay un deseo de dejar inconclusa y abierta la historia de Alicia, Cova, los caucheros y los apestados. Todos ellos llevan a cuestas un futuro incierto, todos ellos están condenados a seguir caminando por esa ruta apenas imaginada por Cova para perderse y desaparecer definitivamente en la hostilidad del trópico. Sumado a esta pretensión, las novelas nos invitan a que continuemos estos relatos, a que exploremos otros rumbos de La vorágine, en la que los lectores pueden perderse, si dan rienda suelta a su imaginación y curiosidad literaria. Con ello estaríamos contribuyendo a la tarea de reescribir y releer esa importante historia iniciada por Rivera y reinventada por Boris Salazar.

Otros elementos que ilustran la relación de hipertextualidad entre obras reside en que la continuación de la paradigmática novela de José Eustasio Rivera presenta y como lo afirma Jonathan Titter “la mezcla de la vida del autor con la vida de sus creaciones, confiriendo así a Rivera el status de sus propias creaciones”. Frente a esta lectura, cabe anotar que el poeta colombiano, siendo un personaje ficticio en La otra selva, es otro Arturo Cova, porque además, de entregarse a la lectura y escritura de versos, asume como su invención una actitud de resistencia, fortaleza y denuncia frente al abandono oficial de compatriotas y territorios colombianos.

Así como la imagen de José Eustasio Rivera se asemeja a la de Cova, también se puede decir que el espía de La otra selva refleja una imagen cercana a la de estos dos personajes, todos ellos son seres solitarios, complejos, llenos de contradicciones. Son personajes que se tributan a la imaginación y al poder de la palabra artística para hacer catarsis, disipar la tristeza, alivianar sus derrotas, perpetuar sus denuncias, revelar verdades e incluso reflexionar en torno a la escritura literaria. Estos tres seres ficticios están devorados por la soledad, por sus conflictos internos y pasiones. Ellos pasan los días encerrados en sus cuartos o refugios para entregarse a la escritura de manuscritos en los cuales dejan filtrar su posición crítica y denunciativa.

Resulta importante mencionar cómo La otra selva prosigue el legado novelístico de Rivera, no solo evidenciado en la continuación de La vorágine sino también de su enigmática novela titulada La mancha negra. El encargado de continuar esa obra es el narrador-espía de La otra selva, que se entrega al placer del plagio y a la reescritura de la obra novelística de Rivera para burlarse de sus patrones y de los enemigos del poeta colombiano. De esta forma, el detective cumple la función de no dejar acabar y acallar las voces denunciativas que subyacen en esa novela. Así queda confirmado cuando el espía aclara que:

Para poder mantener mí historia, para alimentar a mis patrones, para poder justificar mi posición de espía a sueldo, para burlarme de su arrogancia. En mi apartamento de la Avenida Ámsterdam, en sus noches, en las madrugadas, en los momentos que podía robarle a mi seguimiento del poeta Rivera, me dedicaba a escribir trozos de “su novela”, a inventar saltos en el tiempo, a proponer nuevas trampas, nuevos encuentros entre las representantes de nuestro país y los todopoderosos dueños de las compañías internacionales, a deslizar en los oídos de funcionarios y ministros sobornos y chantajes cada vez más sórdidos .


A diferencia de La vorágine en La otra selva se ubican y desarrollan las acciones en un contexto distinto al ya mencionado en el texto novelístico de Rivera en donde el epicentro o el escenario de las acciones transcurren en los llanos y la selva amazónica. Dicha diferencia puede ser vista como una transposición seria que consiste en trasladar la acción de La vorágine a la ciudad de Nueva York. Es esta selva urbana, de concreto y grandes edificios donde se encuentra el poeta colombiano y el espía para poner en la picota pública a los políticos colombianos que ejecutan sórdidos negocios con multinacionales extranjeras que buscan instalarse en la nación colombiana para dar inicio no sólo a la explotación de los yacimientos petrolíferos sino comenzar una nueva etapa de corrupción y explotación humana. Es por eso que estos dos personajes de La otra selva (como lo hizo Arturo Cova) alzan su voz de protesta y tratan de sobrevivir en esa urbe norteamericana donde los peligros y las persecuciones constantes de sus enemigos los acechan y acorralan.

Finalmente, se puede afirmar que Boris Salazar se inspira en la vida y obra de Rivera para crear La otra selva en la que se prosigue reflexionando en torno a temáticas como la corrupción, el abuso de poder, la explotación, la crítica y denuncia sociopolítica. De igual manera, en La otra selva no se pretende hacer una parodia o burla a la producción novelesca del poeta colombiano, sino todo lo contrario, en ella se configura un reconocimiento y homenaje a La vorágine como la obra que abrió el camino para la novela en Colombia y a la ardua labor social política y literaria emprendida por José Eustasio Rivera no solo en el país sino en el exterior.

Derivado de una lectura profunda de La vorágine y un conocimiento de la vida del novelista más significativo de Colombia en la primera mitad del siglo XX, surge La otra selva en la que están presentes las huellas y los rastros del pensamiento ideológico y literario de José Eustasio Rivera. Todo lo mencionado nos ayuda a comprender y abordar el texto novelístico de Salazar como palimpsesto y reescritura no sólo de La vorágine o La mancha negra sino también de una vida consignada y preservada en la ficción.

6.7.3.2 La relación hipertextual con los textos biográficos sobre José Eustasio Rivera: La vida y obra de José Eustasio Rivera ha generado varias recopilaciones bibliográficas y biográficas entre las que se destacan las efectuadas por Monserrat Ordoñez y Eduardo Neale-Silva. Resulta muy significativa la investigación de este último autor quien desde una perspectiva biográfica logra reconstruir de manera completa, detallada, precisa y documentada el ciclo vital del poeta colombiano. La historia de vida de Rivera, consignada en el libro Horizonte humano viene acompañada de un análisis crítico sobre su producción literaria. Producción que aún en el contexto nacional y extranjero es herramienta para estudios y sigue suscitando polémica.

Es por estas razones que el texto biográfico de Eduardo Neale-Silva se convierte en una obra de lectura y consulta importante para quienes desean indagar en el proceso vivencial del poeta huilense. Quizás Boris Salazar haya sido uno de esos lectores de Horizonte humano entre otras biografías que le permitieron conocer al que se convertiría en el personaje principal de su novela.

En este caso, La otra selva también se consolida como hipertexto de las biografías sobre José Eustasio Rivera. Frente a esta relación de hipertextualidad es posible rastrear modificaciones u operaciones transformativas. Una de ellas consiste en forjar o plasmar la vida de Rivera desde la aplicación de formas narrativas como los elementos metaficcionales y policíacos. De esta forma, la ficción se asume como otra posibilidad para reconstruir y preservar la imagen del poeta colombiano, su pensamiento ideológico, su legado novelístico, sus contradicciones y fracasos.

Así mismo, desde la ficción se logra reinventar los últimos meses de vida de Rivera crear nuevos personajes, acontecimientos, acciones y una nueva versión sobre su asesinato y los motivos por los cuales fue ejecutado.

La otra selva también traza diferencias con los textos biográficos. En primer lugar, la historia narrada en el texto novelístico de Salazar es ficticia, lo que la distingue de la biografía en la que los hechos y acontecimientos presentados sobre un personaje son reales. A diferencia de la novela, la biografía “suele adoptar la forma de un relato expositivo, o frecuentemente narrativo y en tercera persona, generalmente consigna datos exactos como nombres, fechas y lugares. Vale decir que la biografía cuenta con una estructura que es una introducción (presenta el personaje) un desarrollo (contiene la descripción del personaje y la narración de los hechos de su vida) y las conclusiones (incluye una valoración de la relevancia del personaje)” .

Aunque en La otra selva se alude a algunas situaciones reales como el viaje de Rivera Nueva York y los motivos por los cuales el escritor viajó a los Estados Unidos (traducir al inglés La vorágine y llevarla al cine) es importante reafirmar que estos eventos son retomados para hacerlos parte de un texto ficcional que los presenta en forma verosímil y desde estrategias narrativas anteriormente mencionadas.

Así como en las biografías se reseña la vida de Rivera, La otra selva cumple con la misma función de recopilar, desentrañar, preservar y reinventar la vida y los avatares de este hito de la literatura colombiana.


6.7.3.3 La relación hipertextual con el género policíaco: En La otra selva se ilustra una relación hipertextual genérica, considerando que en la novela se retoman y aplican ciertas características del género policíaco y se elabora lo que denomina Genette una imitación seria que tiene como función dominante:

La continuación o la extensión de una realidad literaria preexistente… el estado mimético más simple, o más puro o más neutro es sin duda el de la imitación seria… podemos definirlo como el estado de un texto que se parece lo más posible a los del corpus imitado .


Sacando provecho a los elementos narrativos y temáticos del relato policíaco, Boris Salazar reinventa y recrea los últimos meses de vida de José Eustasio Rivera en Nueva York. De ahí que en La otra selva se inscribe dentro del género policial el cual se gestó a finales del siglo XIX con las narraciones de Edgar Allan Poe, especialmente con Los crímenes de la calle Morgue y El misterio de Mariet Roget. A través de estas narraciones se configuró la novela enigma consolidada y cultivada en países como Gran Bretaña gracias a las historias policíacas de Arthur Conan Doyle, Agatha Christie y Ellery Queen. Es importante traer a colación la irrupción del género Hard boiled o novela negra norteamericana “iniciada por Dashiell Hammet, canonizada por Raymond Chandler y definida por Giardinelli como la narrativa de acción y de suspenso originada en los Estados Unidos, durante los años veinte, que enfoca la temática del crimen de un modo realista y con marcados tintes sociopolíticos” .

Dichos aspectos de la novela negra son puestos en práctica en el texto novelístico de Boris Salazar, porque en ella se abordan temáticas como la corrupción de la diplomacia colombiana en Nueva York donde buscan concretar sus negocios relacionados con los yacimientos de petróleo en Colombia. Este tópico impregna a La otra selva de crítica y denuncia social y política. De igual forma se puede observar que la novela se adhiere a las características del relato negro en la medida que personajes como Manuel Lesmes se acerca a la imagen del detective duro norteamericano, porque él es un ser cínico y recurre a la violencia para realizar sus planes, en este caso terminar con Rivera y robar La mancha negra.

En relación con la novelística policíaca producida en el ámbito latinoamericano, es evidente que muchas de ellas se adhieren a los modelos de la narrativa policial tradicional, ya sea siguiendo el modelo de la novela enigma o negra. No obstante, en el panorama de la narrativa policial de América Latina también se subvierten y modifican las fórmulas del género policial canónico.

Al respecto del tema, Leonardo Padura Fuentes señala que entre los años sesenta y setenta aparece en el continente la novela neopolicial, que aunque adopta ciertos rasgos característicos del formato de la novela negra, también transgrede sus reglas al incorporar aspectos como “la disminución de la importancia del enigma criminal como elemento dramático, una preferencia por ambientes marginales, acudir a determinadas formas de la cultura popular, el empleo de un lenguaje que trata de expresar las vivencias de la vida cotidiana y la renuncia a crear grandes héroes” . Así mismo y como lo menciona el escritor Ramón Díaz Eterovic “el fenómeno narrativo al que se le llama neopolicial latinoamericano ha permitido la exploración de temas y personajes vinculados ala realidad social y política latinoamericana, en la que los principales crímenes son una cuestión de estado o propiciados por un medio de corrupción política y económica” .

Este podría ser el caso de La otra selva, que además de estar estructurada desde componentes policíacos que son reconfigurados a través del empleo de otros matices narrativos, es una novela en la que subyace una reflexión y revelación de los actos corruptos de la clase dirigente colombiana en el exterior. Una realidad social y política que no solo se vive en la nación sino también en otros territorios de América Latina. Frente a esta realidad La otra selva se constituye como un texto ficcional que denuncia y critica del accionar criminal y corrupto de aquellos que ostentan un poder público en los Estados Unidos.

Otros elementos relevantes en el tratamiento de lo policial en La otra selva, es el hecho de plantear como enigma la búsqueda desenfrenada e incesante de una novela de denuncia sociopolítica titulada La mancha negra. Con ello se puede decir, que aunque el texto novelístico de Boris Salazar está escrito con elementos policíacos no sigue sus fórmulas en un sentido estricto, sino que modifica o transforma varias de sus características en cuanto a su estilo y estructura convencional.

Esto también se ve reflejado si tenemos en consideración cómo se estructura La otra selva; desde técnicas metaficcionales que, como el de las cajas chinas generan la polifonía de voces, las cuales participan para reconstruir la vida y la imagen del poeta colombiano. A esto se le suma, la técnica de las cajas chinas, el juego constante entre la realidad y la ficción y los comentarios autoconscientes sobre el proceso creador.

De esta forma se logra configurar una obra policíaca con nuevos matices narrativos que la hacen dinámica, lúdica y que funciona como un rompecabezas al que se ve enfrentado el lector quien, a su vez es un co-creador que debe reconstruir y reorganizar la historia para llegar en compañía de las voces que invaden La otra selva a una hipótesis final y -según ellas- las verdaderas causas sobre la muerte del poeta colombiano.

Con todos estos aspectos, se puede afirmar que en el texto novelístico de Boris Salazar no se tiene la intención de parodiar o satirizar el matiz policíaco, sino reconfigurarlo y enriquecerlo aplicando otros elementos temáticos y narrativos como por ejemplo contar con la presencia de un narrador detective que se aleja de la imagen del héroe detectivesco clásico que se dedica a resolver enigmas criminales basándose en su inteligencia analítica y racional, para dar paso a un personaje solitario y fracasado tanto en su trabajo como detective privado y en su vida diaria, que se refugia en la escritura de la novela policíaca como el último recurso que encuentra para buscar una verdad histórica, realizar una crítica y denuncia frente a la prematura muerte de Rivera y reflexionar en torno a la escritura literaria.

Es precisamente el detective de La otra selva quien asume explícitamente su función como imitador de las particularidades del relato negro con las cuales desea forjar o materializar su versión sobre lo ocurrido al poeta colombiano. Para cumplir su propósito el detective reflexiona e inscribe comentarios autoconscientes sobre su ejercicio escritural. Aquí vale la pena recordar cuando este personaje recrea situaciones, eventos y encuentros con su perseguido, de esta forma su tarea “estaría a la altura de las más estrictas exigencias del género, así, por ejemplo, podría caminar solo por la calle enfrentar- en un momento decisivo del relato- al poeta y decirle lo que estaba ocurriendo” .

La narración que el detective escribe puede ser vista como una narración seria del género negro, porque el espía no tiene la intención de ridiculizarlo o satirizarlo, sino que este matiz genérico es el modelo idóneo para reconstruir la historia de Rivera en Nueva York, los acontecimientos y los móviles del asesinato del poeta. De igual forma con los mecanismos temáticos y formales de la novela negra el detective expresa y materializa una denuncia y crítica a la política del país. Mediante la imitación seria del género negro, experimentada en la novela de Salazar, se presenta y cuestiona la corrupción de las esferas del poder en asuntos relacionados con las negociaciones extraoficiales de la riqueza natural de Colombia.

Finalmente se puede decir que La otra selva entabla una relación hipertextual con el género policíaco en la medida que retoma y aplica ciertas de sus características. De igual forma, La otra selva enmarcada en el matiz policíaco contribuye a la producción y al desarrollo de este género en Colombia revitalizándola a través de nuevas posibilidades narrativas y temáticas.

1 comentario: