martes, 23 de febrero de 2010

LOS LUGARES COMUNES (1982) DE CARLOS ORLANDO PARDO

Por:leidy Forero

Los lugares comunes es una obra narrativa que apareció a finales de 1982 y es una selección de trabajos creativos realizado a lo largo de 15 años por Carlos Orlando Pardo (Líbano, 1949). Este libro se inscribe en el denominado cuento corto que, como lo afirma Matthews “es un género que se caracteriza por la brevedad en el lenguaje, espacio, tiempo y por desarrollar una sola acción” .

Los cuentos que componen Los lugares comunes ofrecen una prosa concisa, depurada, sencilla, en ocasiones coloquial y a la vez, se denota la economía en el lenguaje. Aquí podemos decir que Los lugares comunes cumplen con una de las características de la literatura de fin de milenio como lo señala Ítalo Calvino en Las seis propuestas para el nuevo milenio: “la exactitud que consiste en la evocación de imágenes nítidas, incisivas…el lenguaje más preciso como léxico, como expresión del pensamiento y de la imaginación” .

En Los lugares comunes se evoca y se expresa la violencia desatada tras la muerte del líder político Jorge Eliecer Gaitán que es un tema recurrente o un lugar común en la producción narrativa de Colombia. Desde este contexto de la violencia sociopolítica se desarrollan las acciones de los cuentos que aparecen incluidos en la segunda parte y que se titula “Los convenios”. Allí las historias se desenvuelven en un pueblo llamado Convenio, un lugar que en realidad se encuentra ubicado al norte del Tolima (cerca al Líbano) y que sufrió con gran fuerza el fenómeno de la violencia bipartidista. Convenio es entonces un lugar común de masacres, terror y abuso de poder de las fuerzas militares.

En esta segunda parte de Los lugares comunes subyacen las historias de personajes como el Sargento Martínez, quien llega al pequeño poblado de Convenio para imponerle a la población civil el régimen del terror. Otro de los personajes es una mujer anciana que quedó viuda porque su esposo fue asesinado por los militares por no respetar el toque de queda. Esta creación se titula “La mujer del silencio” y es uno de los cuentos en el que no se presenta el fenómeno de la violencia como un hecho truculento, sino que se alude al conflicto.

La siguiente lexía en un claro ejemplo de lo señalado: “El padre realizó la entrada solemne y las campanas anunciaban el comienzo del acto” (87). Aquí se sugiere la imposición que sufre la población del llamado toque de queda que finalmente terminó con la vida de la mujer anciana y viuda, quien siempre tuvo la idea de que el sonido de las campanas anunciaban era la misa de las seis de la tarde: “la camándula que ella cargaba para darse cierto olor a santidad, y nadie, tampoco, supuso aquella noche, que el humo espeso de la plaza viniera de los restos de la banquita pequeña en que la mujer del silencio acostumbraba a arrodillarse, ni que el humo se confundiera con el humo de los cigarrillos de la tropa” (89).

Otro de los cuentos que deja sentir ese aire de violencia son: “Estamos esperando a ver qué pasa”, “El señalamiento”, “los encierros” y “Yo siempre se lo dije muchas veces”. Una particularidad de estas creaciones es el empleo de un lenguaje coloquial (oral) y popular. Un ejemplo es el que se presenta en “Yo siempre se lo dije muchas veces” donde el narrador utiliza dichos populares para aludir a la violencia vivida en Convenio: “Patricio Peña era un hombre de arranque, de cojones bien puestos, de esos que dicen donde yo digo burra negra no les busque pelo blanco, de los que pelean con la sombra antes de que llegue el bulto” (92).

Aquí se expresa la historia de un rebelde y opositor de gobierno que termina muerto a manos de los grupos militares. De igual forma se observa la integración a las filas de la resistencia quienes terminan abatidos por la fuerza pública: “todo eso como que se fue para siempre de Convenio con el mandato de la policía y con el montonón de muertos que fueron apareciendo con la orden que supimos le dieron de la capital” (93).

A través de estos cuentos se logra detectar cierta posición política del autor y una crítica frente a los grupos militares. Característica que al parecer es reiterativa en las producciones narrativas de algunos escritores nacidos en el Tolima como Germán Santamaría (Morir último), Jorge Eliecer Pardo (El jardín de las Hartman), Eduardo Santa (Sin tierra para morir), Alberto Machado (Los peregrinos de la muerte), y Policarpo varón (El festín).

Con lo señalado anteriormente se puede decir que en Los lugares comunes se recrea e interioriza el fenómeno de la violencia el cual afecta la vida de los personajes, quienes en épocas de guerra viven situaciones comunes como masacres, hostigamiento y el abuso de poder de las fuerzas militares. Todos esos personajes derrotados, solitarios, abandonados e impotentes frente a los actos violentos que se presentan en un lugar común llamado Convenio.

Es importante mencionar que en la primera parte de este libro de cuentos se desarrollan otras temáticas que de alguna manera están ligadas a la violencia. Los cuentos de la primera parte de Los lugares comunes se escenifican en contextos más urbanos. Es allí donde se presentan los problemas cotidianos o actividades comunes efectuadas por personajes que sucumben ante la derrota, el desamor, la rutuna y la soledad.

Uno de esos personajes es un jefe de sección, un burócrata seguidor del partido conservador que un día se ve desempleado y sufre el rechazo y el abandono de quienes él consideraba sus amigos. Esa situación produce en el jefe de sección desesperación y desolación: “Hoy tienes lágrimas que salen así, de repente, que te cambian el caminadito de pavo real” (15). Con un lenguaje sarcástico el narrador de esta creación le recuerda al jefe de sección el mundo de falsedad y de apariencias en el que él se desenvuelve.

En los once cuentos que componen esta segunda parte de Los lugares comunes se expresan situaciones que se desarrollan en cualquier parte de la ciudad: parejas de recién casados que entran en crisis por la rutina y el desamor, la nostalgia que sentimos las mujeres cuando perdemos a un amor y la presencia de guerrillas urbanas que dan inicio a otras formas de violencia, entre otras temáticas y personajes del común. Ellos son una muestra de las contrariedades, angustias, frustraciones y desilusión que asedian a los seres humanos en las grandes ciudades, en los lugares comunes.

2 comentarios:

  1. Una nota que intenta ser minuciosa pero ofrece un juicio interesante sobre la obra. Felicitaciones.

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  2. Una nota que intenta ser minuciosa pero ofrece un juicio interesante sobre la obra. Felicitaciones.

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